viernes, junio 01, 2012
¿Porqué se cayó todo y no se ha hundido nada? (libro)
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Nos dijeron que la economía estaba en crisis debido al alto precio del petróleo, que estaba encareciendo la mayoría de la producción. Dos meses después, la crisis era porque éste había bajado su precio a la mitad.
Contaban que la economía iba bien cuando el precio de la vivienda estaba a tales niveles que ningún joven podía acceder a ella y, en cambio, se contabilizaban tres millones de casas vacías en España. Incluso nos hacían felices porque los que teníamos vivienda ahora éramos ricos debido a la subida de los precios, pero en realidad lo que pasaba era que nuestros hijos no podían comprarse una. Nos inquietaban con el peligro de que explotara la burbuja inmobiliaria, lo cual provocaría la caída de los precios, a pesar de que ésa hubiera sido la única forma de que algunos pudiesen comprar una casa. Durante toda nuestra vida habíamos pensado que un signo de mala situación económica era que subieran los precios de los productos esenciales,
pero ahora dicen que con la crisis bajarán y eso es todavía peor. Hace diez años recomendaban que contratásemos un plan de pensiones privado, porque el sistema público no estaría en condiciones de garantizar el pago de nuestra jubilación, y ha resultado que ha sido el sistema público el que ha tenido que rescatar al privado de la bancarrota. En nuestra sociedad, los "expertos" en economía vienen a ser como los
brujos de las tribus primitivas, que advertían de una terrible sequía dos semanas antes de que el poblado se inundara por lluvias torrenciales y, a pesar de eso, seguían considerándolos como adivinos sagrados cuando
dejaba de llover. Muchos hemos llegado a la conclusión de que en este siglo XXI leer buenos −y honrados− libros de economía es tan importante como leer los de supervivencia si se va a una isla desierta. Por eso yo leo a Juan Torres, para sobrevivir en esta edad moderna. De manera que llega un catedrático de Economía como él y nos dice que lo que argumentaban los grandes gurús de la economía mediante sofisticadas matemáticas era "una estupidez sin fundamento científico alguno, pero se divulgaba para que los multimillonarios puedan seguir jugando al casino". O sea, el brujo de la tribu tomándonos el pelo en el siglo XXI. Y la prueba más clara es que hasta a Emilio Botín y a Alicia Koplowitz les sacó el dinero un estadounidense de nombre Madoff mediante el tocomocho de unas inversiones piramidales dignas
de un trilero de la Gran Vía madrileña.
Pascual Serrano
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