Y entonces porqué hay que creerte ? Si cuando abriste la boca en 2003 coincidías con lo que hoy denuncia el gobierno:
Recuérdese que la dictadura obligó a los herederos de David Graiver a desprenderse a precio vil de sus acciones en Papel Prensa, adquiridas entonces por Clarín, La Nación y La Razón.
Según escribió Horacio Verbitsky en Página/12 refiriéndose a la historia de los enfrentamientos de poder en el diario Clarín, "en 1981 los mismos métodos persuasivos fueron empleados por la dictadura para forzar el alejamiento del diario de la conducción frigerista, pero no la de Magneto". (N. del A.: Magneto es el número dos del Grupo Clarín, y de hecho el ejecutivo de mayor influencia allí, excepción hecha de Ernestina Herrera, viuda de Noble.) En mayo de este año –escribió Verbitsky en el artículo fechado en 2002– el ex dictador Benito Bignone dirigió una carta a Clarín en la que recordó con amargura que durante su desempeño como Secretario General del Ejército era invitado "a almuerzos en la redacción del diario a los que concurría con mis colaboradores. Por supuesto esos ágapes eran correspondidos con otros similares en la sede de la Secretaría General del Ejército. Pasábamos momentos muy gratos y se conversaba con absoluta libertad".
Jorge Lanata. "Argentinos Tomo 2" - página 258
El traspaso de acciones se llevó a cabo sin que fuera realizada la correspondiente sucesión de David Graiver, y los herederos objetaron el bajo precio al que la dictadura militar les obligó a vender sus acciones. El 18 de enero de 1977 se realizó la entrega física de la empresa. Luego de la insólita "transacción" los herederos de Graiver fueron detenidos por el general Camps, por lo que ni siquiera llegaron a cobrar el saldo de precio de la cesión por lo que el Fiscal Molinas calificó el hecho como "desaparición de acreedores". Recordó Ámbito Financiero que el traspaso fue tan vergonzoso que los propios militares "obligaron" a los nuevos accionistas a que ofrecieran al resto de los diarios el 49 por ciento restante de Papel Prensa, algo que los medios nunca se preocuparon por hacer efectivo.
El 19 de mayo de 1977 Clarín publicó un editorial titulado "A la opinión pública" en el que anunció que "La Nación, Clarín y La Razón adquirieron las acciones clase "A" de Papel Prensa S.A. previa consulta y posterior conformidad de la Junta de Comandantes en Jefe. (...) Como surge de todo lo expuesto la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado a través de la más alta expresión de su voluntad, que consta en Acta de la Junta Militar, preservando un proyecto de interés nacional, resguardando el abastecimiento para todos los diarios de su principal insumo, en defensa de la libertad de prensa, de conformidad con una centenaria tradición argentina y respetando uno de los soportes de nuestro estilo de vida".
El conmovedor alegato sobre la libertad de prensa en dictadura publicado por Clarín tuvo, además, otro motivo: el gobierno militar no sólo les entregó la empresa Papel Prensa, sino que facilitó las gestiones para que los diarios recibieran dos créditos: uno del Banco Español del Río de la Plata y otro del Banco Holandés Unido sucursal Ginebra, por un monto de 7.200.000 dólares, a sola firma y sin aval ni garantías.
Calculó Héctor Ruiz Núñez en Humor que "en el término de cinco años la utilidad que logró producir Papel Prensa exclusivamente a través de la protección estatal y sus precios monopólicos, superó los cien millones de dólares". Ya el Estado había favorecido a la empresa con el mencionado crédito del BANADE para la construcción y equipamiento de la planta de San Nicolás, eximición de impuestos nacionales por diez años, tarifas de energía reducidas e implantación de aranceles de hasta un 53 por ciento en la importación de papel, lo que permitió a Papel Prensa imponer sus precios en el mercado. En julio de 1982 las medidas elaboradas por el entonces presidente del Banco Central, Domingo Cavallo, estableciendo tasas de interés inferiores a la inflación le significaron a Papel Prensa una reducción en sus deudas financieras de 42 millones de dólares.
A comienzos de la década del ochenta el diario La Razón entró en caída y terminó en quiebra, a cargo del juez Héctor Foiguel López. El magistrado le vendió a Clarín el único activo valioso de la quiebra: las acciones de La Razón en Papel Prensa. Según manifestó en un fallo la Cámara de Apelaciones, el juez Foiguel López vendió esas acciones a Clarín "a precio vil". La Cámara le solicitó a la Corte Suprema que le iniciara juicio político a Foiguel López. La Corte, luego de analizar el caso, estableció que había "graves irregularidades" y solicitó a la Cámara de Diputados el jury a Foiguel.
Sorpresivamente, el diputado Alberto Balestrini terció en la discusión pidiendo juicio político a los miembros de la Cámara de Apelaciones, que fueron quienes detectaron la maniobra. Finalmente, todo quedó en la nada, y el juez Foiguel López se retiró de la Justicia para pasar a vivir de rentas.
Jorge Lanata. "Argentinos Tomo 2" - página 216
Jorge Lanata - Argentinos - Tomo 2