domingo, noviembre 11, 2012

8N: ¿no pensar en elefantes?

Lakoff nos aporta un punto de vista alternativo que -desde mi humilde entender- puede enriquecer nuestras miradas sobre la politica


"No pienses en un elefante" G.Lakoff
http://kuatiarenda.blogspot.com.ar/2012/08/no-pienses-en-un-elefante-lenguaje-y.html

“Igualmente, muchos progresistas oyen hablar a los conservadores y no los entienden porque no tienen los mismos marcos que ellos. Piensan que los conservadores son tontos.

Y no son tontos. Ganan porque son astutos. Entienden cómo piensa y cómo habla la gente. ¡Piensan! “

“ ¿Es útil ir a decirle a todo el mundo cuáles son esas mentiras? Para nosotros, no es ni inútil ni perjudicial saber cuándo mienten. Pero recuerda también que la verdad por sí sola no te hará libre. Decir que «el presidente mintió cuando empezó esta guerra» es decir una verdad, pero a mucha gente le resbala. Hay muchas personas en el país que siguen creyendo que Sadam Hussein estaba detrás del 11-S. Hay gente que lo cree porque encaja con su modo de entender el mundo. Encaja con su visión del
mundo. Y siendo así, es normal que se lo crean. Siguen creyendo que Sadam Hussein y Al-Queda son lo mismo, y que al hacer la guerra en Ira protegemos a ese país del terrorismo. Lo creen a pesar del informe de la Comisión del 11-S. No es que sean tontos. Tienen un marco y sólo aceptan los hechos que encajan en ese marco. "


"Hay otro mito que también procede de la Ilustración, y dice así: Es irracional actuar en contra del propio interés y, por tanto, una persona normal, que es racional, razona sobre la base de su propio interés. La teoría económica moderna y la política exterior se establecen sobre la base
de este supuesto.   Este mito ha sido puesto en cuestión por científicos cognitivos como Daniel Kahnema (Premio Nobel de Economía por esta teoría) y Amos Tvers y, quienes han mostrado que la gente realmente no piensa de ese modo. No obstante, la mayor parte de la economía se sigue basando en el supuesto de que la gente siempre pensará de manera natural en términos de su propio interés. “

La gente no vota necesariamente por sus intereses. Votan por su identidad. Votan por sus valores. Votan por aquellos con quienes se identifican. Es posible que se identifiquen con sus intereses. Puede ocurrir. No es que la gente no se preocupe nunca de sus intereses. Pero votan por su identidad. Y si su identidad encaja con sus intereses, votarán por eso. Es importante entender este punto. Es un grave error dar por supuesto que la gente vota siempre por sus intereses.

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